La Santísima Virgen de Fátima visita al Hospital Benjamín Bloom

bloom_octubre_084La imagen peregrina del Inmaculado Corazón de María visitó el Hospital Benjamín Bloom, llevando paz y fortaleza a los niños, sus seres queridos y a todo el personal que les acompaña.

La peregrinación comenzó con la Santa Misa, celebrada por el P. Michael, EP. , donde después de la homilia se coronó a la Santísima Virgen com madre de todos los presentes, de modo particular los niños. Al finalizar la Eucaristía, se entregó un Oratorio, que peregrinará por los diferentes departamentos de la institución y se rezó una consagración al Inmaculado Corazón de Maria, pidiendo la protección para todos.

Luego se rezó el Santo Rosario y a seguir se visitó las salas de los internados del piso 8º y 6º derramando bendiciones a todos los presentes.

Pidiendo que la Santísima Virgen bendiga, proteja y les dé fortaleza siempre a estos niños, a sus padres y todo el personal que les acompañan.

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Consagración de sí mismo por las manos de María

consagracion_familias_13_octubre_074El 13 de octubre, día que se conmemora la última apaición de la Virgen en Fátima, en la Casa de los Heraldos del Evangelio se vivieron momentos de mucha alegría y unción ya que un grupo de jóvenes, papás y amigos de los Heraldos del Evangelio, se han consagrado a Jesús por las manos de María, según el conocidísimo método de San Luis María Grignon de Monfort. En la solemne Eucaristía, celebrada por el P. Fernando Gioia EP, tuvo lugar dicha consagración.

 Después de un profundo estudio del Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen, de San Luis, y de haber cumplido con las prescripciones de las oraciones y meditaciones durante los 33 días de preparación, se escogió esta fecha mariana para realizar la tan esperada consagración y con esto servir a Dios de una manera más perfecta, es decir, haciéndose todo dependientes de Aquella que es la Medianera de todas las Gracias.

Peregrinación a San José el Espino

san_jose_el_espino_020En el marco del mes del rosario, la imagen peregrina del Inmaculado Corazón de María, visitó la parroquia de San José El Espino, Departamento de Cuscatlán.

La proseción tuvo inicio en el sector la Torre donde recorrió las principales calles de la parroquia. Después de la entrada solemne de la imagen peregrina el párroco, P. John Fredy Caro, coronó la Santísima Virgen como reina de todas las familias de todos los fieles de San José el Espino. En su homilía el párroco insistió en la importancia y necesidad del rezo del santo rosario, como también la propagación del Apostolado del Oratorio. Antes de la bendición finala el P. Caro consagró la parroquia al Inmaculado Corazón de María.

Al finalizar la santa misa, se fue en porcesión con la Augusta Señora, al sector Zacamil, donde se rezó el rosario en el patio de unas de las casas entre cantos y cohetes.

Por la tarde la imagen se dirigió hasta el cantón La Lomas de Guadalupe, en procesión, donde al finalizar tuvo lugar la Eucaristía y después de la prédica del padre John Fredy se coronó nuevamente a la Santísima Virgen como reina de todo este cantón.

Al finalizar, para despedir a Nuestra Señora, se cantó el Ave de Fátima a luz de las candelas.

Cabe aquí un agradecimiento todo especiál al padre  John Fredy Caro por toda la dedicación y entuciasmo en la preparación en el recibimineto a la Santísima Virgen.

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el Santo Rosario y la intervención de la Santísima Virgen en la historia de la humanidad

Numerosas muestras dio la Madre de Dios de predilección por el Santo Rosario, y una de ellas definió la supervivencia de la religión católica.

La Iglesia Católica dedica especialmente el mes de octubre a la promoción del rezo del Santo Rosario y celebra la fiesta de Nuestra Señora del Rosario el día 07 como conmemoración de uno de los grandes favores que la Santísima Virgen otorgó a la Iglesia en 1571. Pero la devota práctica de la repetición del saludo del Arcángel Gabriel a la Madre de Dios tiene mucha más historia. Cuando las cuentas del Rosario se deslicen entre sus dedos durante este mes (y ojalá frecuentemente), puede estar seguro de que los siglos de la historia de la Iglesia, pasados y venideros, se escriben entre esas avemarías.

Una breve historia del Santo Rosario

santo domingoLos antecedentes del Santo Rosario se rastrean comúnmente a la recitación de los 150 Salmos del Rey David, una devota y antigua práctica que era accesible sólo a las personas instruidas, capaces de poseer y leer los textos. Muchos otros fieles conmutaban la oración por la repetición del saludo del Arcángel a la Santísima Virgen, a lo que se llamó el “Salterio de la Virgen”. Esta humilde oración reveló con el tiempo una especialísima predilección de la Madre de Dios, quien procuró elevarla a la devoción mariana más recomendada por los Pontífices en la historia.

En el Siglo XII, cuando el “Salterio de la Virgen” no tenía aún su forma actual, Santo Domingo de Guzmán recibió una revelación de enorme importancia. Habiendo hecho enormes penitencias por la difícil conversión de los albigenses, la Santísima Virgen le aconsejó su salterio como un arma mucho más eficaz que el flagelo con el cual se disciplinaba. El Santo se dirigió a la Catedral de Tours y convocó a los fieles para predicarles, pero se desató una terrible tormenta que sólo amainó con el rezo del salterio. Con esta señal sobrenatural comenzó un intenso apostolado para promover la devoción.

La labor apostólica de Santo Domingo obtuvo gran éxito de manos de la Santísima Virgen a través de esta oración, y su práctica se mantuvo en auge durante un siglo, hasta que fue paulatinamente cayendo en el olvido.

En 1349, en medio de la tragedia de la epidemia de la “muerte negra”, otro dominico, el P. Alan de la Roche vio una aparición de Nuestra Señora, quien le pidió personalmente restaurar la devoción del salterio. El religiosos, junto con los frailes de su comunidad comenzaron una nueva campaña de fomento de la práctica, esta vez dándole su forma actual con la autorización de la Iglesia.

¿Por qué octubre?

lepantoA pesar de que los milagros obrados por la intercesión de la Santísima Virgen son incontables, uno en especial mereció la institución del Día de la Virgen del Rosario el día siete de octubre. En el año de 1571, la civilización cristiana sintió que su supervivencia dependería de una batalla. La poderosa fuerza naval del Imperio Otomano desafió a la llamada Liga Santa: una armada formada por el Reino de España, los Estados Pontificios, la República de Venecia, la Orden de Malta, la República de Génova y el Ducado de Saboya. El enfrentamiento tenía tal importancia que Miguel de Cervantes, quien luchó aquel día, no dudó en llamarla “la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos, ni esperan ver los venideros”.

Durante la batalla, los católicos rezaron el Santo Rosario por solicitud del Papa San Pío V y, a pesar de las dificultades, las fuerzas cristianas consiguieron hacerse con la victoria. Por este motivo, se ordenó el toque de las campanas y una solemne procesión, adjudicando a la Santísima Virgen el triunfo e instituyendo la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias en la fecha de la confrontación: el 07 de octubre. El Papa Gregorio XIII cambió el nombre de la solemnidad al de la fiesta de Nuestra Señora del Rosario.

El Santo Rosario en nuestros días

Nuestra Señora de Fátima insistió en sus apariciones sobre la importancia del rezo del Santo Rosario.

Nuestra Señora de Fátima insistió en sus apariciones sobre la importancia del rezo del Santo Rosario.

En el mensaje de Fátima, en 1917, la Santísima Virgen actualiza para nuestra época el llamado a la oración del Santo Rosario y promete una vez más su intervención en la historia de la humanidad, dando origen a una renovada devoción. El Beato Juan Pablo II dedicó una Carta Apostólica a esta oración, en la que “el pueblo cristiano aprende de María a contemplar la belleza del rostro de Cristo y a experimentar la profundidad de su amor”. El propio Pontífice señaló que esta oración tuvo gran importancia en todos los momentos de su vida, de la que afirmó: “El Rosario es mi oración predilecta. ¡Plegaria maravillosa! Maravillosa en su sencillez y en su profundidad”.

“El Santo Rosario no es una práctica piadosa del pasado, como oración de otros tiempos en los que se podría pensar con nostalgia”, afirmó por su parte en 2009 Benedicto XVI. “Al contrario, el rosario está experimentando una nueva primavera”. Siguiendo la reflexión del Beato Juan Pablo II, el Pontífice también renovó su invitación en 2012: ” invito a rezar el Rosario personalmente, en familia y en comunidad, colocándonos en la escuela de María, que nos conduce a Cristo, centro vivo de nuestra fe”.

Por estos motivos, y en unión a la riquísima tradición de amor a la Santísima Virgen, ninguna invitación puede ser mejor en este mes de octubre que honrar la piadosa costumbre de rezar devotamente el Santo Rosario. En el día de hoy, tal como en 1571 y en tantas otras oportunidades, la historia de los hombres y de la Iglesia de Cristo pende de la cadenilla y las cuentas de la más arraigada muestra de oración sincera a la Madre de Dios.

Fuente: Gaudium Press / Miguel Farías.

Ángel de la guarda

12143347_1008295822523765_7000748839764599158_nEn la S. Biblia la palabra Ángel significa “Mensajero”. Un espíritu purísimo que está cerca de Dios para adorarlo, y cumplir sus órdenes y llevar sus mensajes a los seres humanos.
Ya en el siglo II el gran sabio Orígenes decía: “Los cristianos creemos que a cada uno nos designa Dios un ángel para que nos guíe y proteja”.

Y se basa esta creencia en la frase del Salmo 90: “A sus ángeles ha dado órdenes Dios, para que te guarden en tus caminos”. Y en aquella otra frase tan famosa de Jesús: “Cuidad de no escandalizar a ninguno de estos pequeñuelos, porque sus ángeles están siempre contemplando el rostro de mi Padre Celestial”. Y Judit en la Biblia al ser recibida como libertadora de Betulia exclamaba: “El ángel del Señor me acompañó en el viaje de ida, en mi estadía allá , y en el viaje de venida”.

Nuestro Señor ¿tenía ángel de la guarda? Sepa la respuesta en este vídeo.

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La santidad al alcance de las personas comunes

santa teresitaLa misma santa Teresita, en los Manuscritos Autobiográficos, explica en qué consiste su “pequeña vía” de santidad: “Siempre quise ser santa, pero –¡pobre de mí!– siempre comprobé, al compararme con los santos, que entre ellos y yo existe la misma diferencia que entre una montaña cuya cumbre se pierde en los cielos y el oscuro grano de arena pisado por los transeúntes. Lejos de desanimar, me dije a mí misma: ‘El buen Dios no puede inspirar deseos irrealizables. Luego, pese a mi pequeñez, puedo aspirar a la santidad. Hacerme grande es imposible; debo, pues, soportarme tal como soy, con todas mis imperfecciones, pero quiero buscar un medio de ir al Cielo por una pequeña vía muy recta, muy corta, una pequeña vía enteramente nueva’.”

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Por ese entonces, el recién inventado ascensor generaba un gran revuelo, evitando a las personas el esfuerzo de subir escaleras. Sor Teresita sintió un gran deseo de “encontrar un ascensor para elevarme hasta Jesús, porque soy demasiado pequeña para subir la ruda escala de la perfección” . Se puso a buscar entonces en los Libros Sagrados y encontró este pensamiento: “Si alguno es simple, venga acá” (Prov 9,4). Continuando su búsqueda encontró esta afirmación: “Como uno a quien su madre le consuela, así yo os consolaré […] En brazos seréis llevados” (Is 66, 12-13). Y concluyó llena de gozo: “¡Ah! El elevador que debe levantarme al Cielo son tus brazos, oh Jesús!”

La lectura atenta y amorosa de los santos Evangelios arrojó más luz: “Si no os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos” (Mt 18, 3). “Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios” (Mc 10, 14).

Santa Teresita en la cama, bajo los arcos del Claustro del Carmelo de Lisieux, aproximadamente un mes antes de fallecer

Santa Teresita en la cama, bajo los arcos del Claustro del Carmelo de Lisieux, aproximadamente un mes antes de fallecer

Quedaba explícito el significado de la “pequeña vía”, el camino de la infancia espiritual. En ella, lo importante no está en las grandes mortificaciones corporales, sino en aceptar con humildad la propia pequeñez, las propias limitaciones, hasta las propias imperfecciones, y tener un amor y una confianza ilimitados en la bondad de Dios; y, como fruto de ese amor, tener deseos inmensos de realizar con perfección los pequeños actos de la vida diaria.

Con su doctrina, y sobre todo con su ejemplo, la dulce carmelita de Lisieux demostró que la santidad es accesible a todos. “Vivió la santidad pura y simple, con todo el encanto y seducción del alma moderna, muy humana y muy cercana a nosotros” , afirma uno de sus más insignes biógrafos.

Al canonizarla –más todavía al proclamarla Doctora de la Iglesia– la Santa Iglesia oficializó su “pequeña vía” como un auténtico camino de santidad; algo que afirmó claramente el Papa Benedicto XV en un discurso del 14 de agosto de 1921: “En el camino de la infancia espiritual está el secreto de la santidad para los fieles del mundo entero”. Y la bula de canonización señala que Dios, por medio de santa Teresita, propone a los hombres un nuevo modelo de santidad, no sólo al alcance de sacerdotes y monjas, sino también de los laicos de todas las edades y condiciones sociales.

Fuente: Revista Heraldos del Evangelio, Octubre/2005, n. 21, pag. 22 – 25

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